El ultrasonido es una onda sonora cuya frecuencia supera el límite de 20.000 HZ aplicado a tratamientos estéticos reductores y activadores de la circulación.
Esta técnica no es dolorosa y aporta efectos terapéuticos comprobados como:
- Aumento del riesgo sanguíneo.
- Cambio en la viscosidad.
- Efecto analgésico.
- Relajación muscular.
En medicina estética se utilizan diferentes aparatos de ultrasonidos para el tratamiento de:
- Celulitis.
- Varices.
- Acumulaciones de grasa localizadas.
- Acné.
- Edemas.
- Cicatrices.
- Estrías.
- Trastornos circulatorios localizados.
El ultrasonido también activan el drenaje linfático y la permeabilidad de la piel.
Por lo que pueden ser utilizados para un proceso que se denomina sonoforesis y que permite potenciar la acción de medicamentos que se aplican por vía tópica.
El ultrasonido produce que al aplicarlo sobre la piel se retiren todas las células muertas, se produzca una exfoliación de la piel, se reduzcan las impurezas de forma que consigue diluir el sebo de las pieles grasas y limpia los poros poco a poco por la dilatación del folículo piloso, y se reactive el colágeno.
Ver: Otros Tratamientos
La eficacia de este proceso dependerá del grado de hidratación de la piel, la edad del paciente y la presencia de ácidos grasos,.
Sabiendo que esta técnica será menos efectiva cuanto mayor sea la edad del paciente.
Fuente: https://revistadigital.inesem.es/biosanitario/utilidad-del-ultrasonido-como-tratamiento-estetico/
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